He creado este blog, como medio para expresarme
y para interactuar con esta pequeña aldea en que se ha convertido el planeta
Tierra. Desde aquí tengo la intención de darle significado a partir de mi
perspectiva muy particular, al acontecer diario de la sociedad en que vivo, lo
que ocurre en mi país y más allá de estas fronteras.
Soy un hombre de Leyes (actualmente curso el último
término de la Carrera de Derecho), y creo en ellas, como sustento principal de
una sociedad en orden, progresista, con Poderes Públicos que respeten y hagan
respetar el Estado de Derecho.
Necesitamos reforzar esta creencia. Son las
Leyes y las normas las que nos regulan y nos indican donde están los límites de
lo permisivo y las infracciones en caso de sobrepasarlos. Por eso de ahora en adelante
mi esfuerzo ira dirigido a reforzar el conocimiento legal de aquellos que a
bien tengan leerme y seguirme y a conectar esta creencia en lo legal, al
acontecer diario de esta Venezuela que vive momentos aciagos, producto muchas
veces de no respetar ese conjunto de reglas que nos enmarcan y que nos
diferencia de otras especies del Reino Animal.
Y para entrar en materia comentaré lo sucedido
hace unos días cuando el Consejo Permanente de la OEA (Organización de Estados
Americanos) aprobó un Proyecto de
Consenso de Dialogo entre la Oposición y el Gobierno, luego que el Secretario General
de esa organización, Luis Almagro invocara la Carta Democrática Interamericana,
en contra de Venezuela.
No voy a repetir lo que todos sabemos y vimos
en esa maratónica sesión, solo me limitaré a dar mis apreciaciones y las implicaciones
de esta resolución.
En primer lugar considero que el gran perdedor
ha sido el Pueblo Venezolano, más allá de la posición del Sr Almagro, quien a
mi juicio jugando posición adelantada (en términos futbolísticos) invocó la aplicación
de este instrumento diplomático de presión, y no obtuvo ni el respaldo ni el
resultado deseado. Aunque la historia no ha terminado, claro está.
Y digo que el pueblo venezolano es el gran
perdedor, porque aunque no es deseable la aplicación de unas medidas que
internacionalmente nos asfixiaran económicamente, esta acción nos daría luces , que en realidad no
estamos solo en esta debacle, sino que el resto del continente ya se han dado
cuenta que estamos ante un régimen totalmente fracasado en lo económico, político
y social, y que con la aplicación de esta arma sutil, colocaría al gobierno del
Sr Nicolás Maduro en una posición desventajosa externa e internamente, al verse
acusado y sometido por el resto de nuestros vecinos continentales…..pero no fue
así.
La sesión de la OEA fue un saludo a la bandera,
donde salimos peor parados de cuando empezó. El gobierno tomó aire, fuerzas,
internacionalmente nadie lo cuestiona (por ahora) así que puede seguir haciendo
en lo interno lo que mejor sabe hacer…arruinarnos como sociedad y hacernos
creer que el hambre, la inseguridad, la impunidad de los delincuentes
(incluyendo los de cuello blanco o rojo) es culpa del imperio, la oligarquía, y
todos esos fantasmas que han calado en nuestra cultura desde hace ya más de 17
años.
Por lo que nos toca seguir nuestra lucha desde
adentro, sin esperar que vengan nuestros hermanos territoriales a darnos una
mano, al menos reconociendo la necesidad imperiosa de unirse ante un grupo de facinerosos
que han sustraído del erario nacional, lo suficiente para vivir como monarcas ellos
y su familia, hasta la tercera generación, al menos…y siguen chupando.
Concentrémonos entonces a dirigir nuestras
luchas, en la salida constitucional de este régimen que tanta miseria ha
sembrado y cultivado en nuestro país. Es el momento de la unión a la que tanto hacía
referencia El Libertador, y esperemos la reunión pautada entre el 10 y
20 de junio, es decir inmediatamente antes o después de la 46ª Asamblea
General de la OEA que el ente realizará del 13 al 15 de este mes en
República Dominicana, en donde se retomará el tema, y esperemos salir con mejor
posición que lo ocurrido en estos pasados días. Es el momento de la OEA de reivindicarse
como organización veedora de los Derechos Humanos y garante de la Paz en
nuestros países, es el momento de impartir Justicia
“Estos son los mandamientos del Derecho: vivir
honestamente, no ofender a los demás, dar cada uno lo suyo”
ULPIANO